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Sensibilidad Sensorial: Redescubriendo los Sentidos



Con el paso de los años, nuestro cuerpo experimenta cambios que afectan no solo la movilidad o la energía, sino también los sentidos. En la tercera edad, la sensibilidad sensorial puede transformarse, lo que puede influir en el bienestar físico y emocional de los adultos mayores. Pero lejos de ser un obstáculo, este cambio sensorial puede convertirse en una oportunidad para redescubrir los sentidos y aprovechar su poder curativo.


¿Qué es la Sensibilidad Sensorial?


La sensibilidad sensorial se refiere a la capacidad de nuestros sentidos vista, oído, tacto, gusto y olfato para percibir estímulos del entorno. En la vejez, es común que estos sentidos se vuelvan más frágiles.  Los adultos mayores pueden experimentar una disminución en la capacidad auditiva, cambios en el sentido del gusto o una mayor sensibilidad a las texturas.

Sin embargo, trabajar con los sentidos puede mejorar tanto el bienestar emocional como el físico, promoviendo una conexión más profunda con el entorno y aumentando la calidad de vida.


El Poder de los Sentidos en la Tercera Edad


  1. Olfato: Aromas que Calman y Estimulan: Los aromas tienen un impacto directo en nuestro cerebro. Utilizar fragancias de aceites esenciales para calmar la ansiedad, mejora el ánimo o incluso estimular la memoria. En la tercera edad, trabajar con olores familiares o agradables puede generar una sensación de seguridad, ayudando a los adultos mayores a sentirse conectados con sus recuerdos y emociones.


  2. Oído: Sonidos para el Bienestar: La música y los sonidos naturales como el canto de los pájaros o el murmullo del agua pueden ser herramientas poderosas para reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo ya que puede activar recuerdos y emociones positivas.


  3. Tacto: Texturas que Curan: El tacto es uno de los sentidos que puede ser más estimulante en la tercera edad. Diferentes texturas, desde tejidos suaves hasta superficies rugosas, pueden tener efectos terapéuticos, ayudando a reducir la ansiedad o aumentar la sensación de conexión con el entorno. Además, actividades que involucran el sentido del tacto, como tejer o las manualidades, pueden ser tanto relajantes como estimulantes.


  4. Vista: Redescubriendo el Color y la Luz: Aunque la vista puede verse afectada con la edad, trabajar con colores brillantes y la luz adecuada puede mejorar el estado de ánimo y estimular la mente. Espacios bien iluminados y coloridos pueden generar ambientes más agradables y confortables para los adultos mayores.


  5. Gusto: Sabores que Despiertan Recuerdos: El sentido del gusto también puede cambiar con la edad, pero redescubrir sabores puede ser una experiencia emocional y física enriquecedora. Sabores familiares, como los platos de la infancia, pueden despertar recuerdos y ofrecer un sentido de pertenencia.


¿Cómo Afecta la Pérdida Sensorial?


La pérdida de sensibilidad en los sentidos es uno de los signos comunes del envejecimiento. Por ejemplo, los cambios en el oído pueden llevar a dificultades para comunicarse, lo que a menudo genera sentimientos de aislamiento social. La disminución del olfato y del gusto afecta la manera en que las personas mayores disfrutan de la comida, lo que puede contribuir a la pérdida de apetito o desnutrición. Los problemas de visión también limitan la movilidad y la independencia. Además, el deterioro del sentido del tacto puede reducir la capacidad de percibir la temperatura y las texturas, lo que puede llevar a accidentes o una falta de disfrute en actividades cotidianas.


Estrategias para Redescubrir los Sentidos en la Tercera Edad


  • Terapias Sensoriales: Actividades que involucren el tacto, como manipular arcilla o trabajar en un jardín, pueden proporcionar estimulación sensorial y aumentar la sensación de bienestar.


  • Alimentación Sensorial: Ofrecer comidas que no solo sean nutritivas, sino también agradables en sabor y textura, puede estimular el sentido del gusto y el placer de comer.


La sensibilidad sensorial en la tercera edad es una puerta hacia el bienestar integral. A través de la estimulación adecuada de los sentidos, los adultos mayores pueden redescubrir el placer en las experiencias diarias y encontrar nuevas formas de conexión con su entorno. Al trabajar con los sentidos, es posible mejorar tanto la salud física como la emocional, creando una experiencia de envejecimiento más plena y gratificante. 

Cuidar los sentidos es una forma de cuidar el alma. A través de pequeñas acciones diarias que promuevan la estimulación sensorial, podemos contribuir a que nuestros seres queridos en la tercera edad sigan disfrutando de la vida plenamente. 



 



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